¿DEBO LAVAR LAS ZAPATILLAS DE CORRER?
Seamos realistas, las zapatillas de Trail están hechas para ensuciarse; viven aventuras llenas de barro, polvo, agua y sudor- ¡cómo nos gusta!-; y, aunque no es necesario que las laves cada vez que las usas, dejar que se acumule la suciedad y el barro no es recomendable.
Ya sabemos que las zapatillas deportivas no son precisamente baratas, también sabemos que tienen fecha de caducidad. Imagino que todos querremos que las zapatillas nos duren el máximo tiempo posible y en condiciones óptimas.
El peor enemigo de nuestras zapatillas, aunque creamos que es el barro o el agua, es, en realidad, el sudor, y eliminarlo no es tarea fácil.
El sudor es un proceso natural de nuestro organismo, y una de las zonas más problemáticas suelen ser los pies; nuestros pies poseen unas 250.000 glándulas sudoríparas, por eso es muy normal que, cuando llevamos mucho tiempo el calzado puesto, nos quitemos los calcetines húmedos, aunque esto no necesariamente implica que "apesten".
El mal olor de los pies se debe a la actividad de las bacterias y/u hongos generados en nuestra piel, que descomponen el sudor, provocando en ocasiones un olor muy desagradable. Es verdad que la "edad" de los calcetines y el calzado también influyen en la presencia de olor a pies, y no menos verdad que muchísimas personas no desprenden ese olor; el sistema endocrino es el que determina esta circunstancia.
Para evitar complicaciones generadas por estas bacterias, es imprescindible tener una buena higiene de nuestros pies.
¿Cómo lavo mis zapas sin estropearlas?
En primer lugar, quita las plantillas y los cordones, que se lavarán aparte con el método elegido por cada uno(frotar con un cepillo, lavarlos en la lavadora o a mano,…).
Después prepararemos nuestras zapatillas para unos cuantos aplausos; les daremos un par de golpes secos chocando las suelas para intentar sacudirles el polvo y el barro que pudiesen tener tanto en el interior como en el exterior. Si viésemos que no es suficiente, podemos insistir en las zonas problemáticas con un cepillo de dientes viejo o un cepillo de zapatos.
Lo importante es que este paso lo llevemos a cabo cuando las zapatillas estén secas, nunca con barro húmedo.
En tercer lugar, toca el lavado. Prepararemos una mezcla de jabón neutro y agua tibia- no caliente- en un recipiente o en la pila de lavar si tenemos.
Usa un cepillo o esponja y frota sumergiéndolo en el agua con jabón para intentar eliminar la mayor parte de la suciedad, tanto exterior como interior, enjuagándolo cuantas veces sea necesario hasta que quedemos satisfechos con el resultado. Frota especialmente en las zonas "escondidas", como las lengüetas, los ojales de los cordones, los laterales interiores o el talón, donde suele acumularse mucha suciedad.
Para zapatillas con Gore-tex, se recomienda usar productos específicos.
Ahora es el momento de aclarar con agua limpia; puedes hacerlo sumergiendo las zapatillas en agua, pero es más recomendable hacerlo con otra esponja o una bayeta.
Finalmente, llega el momento de secarlas superficialmente con un paño y luego dejarlas secar al aire libre en una zona ventilada, evitando exponerlas directamente al sol para evitar que el calor excesivo las estropee.
La mejor forma, según los expertos, de que se sequen bien consiste en rellenarlas de papel de cocina o bayetas absorbentes, que ayudarán a absorber la humedad interior, e ir cambiándolas cuando lo consideres necesario (aproximadamente cada 3 horas o cuando estén muy húmedas).
En mi opinión, este es el paso más importante de todos.
Por supuesto, existen productos a la venta para el cuidado específico de nuestras preciadas zapatillas -desodorantes, detergentes, etc-pero en realidad no son imprescindibles.
El agua tibia y un buen jabón suave serán la opción más barata y eficaz; aunque otro método igual de natural es una pasta elaborada con bicarbonato y agua que se dejará reposar 15 minutos sobre la superficie a limpiar, cepillándola antes de lavar las zapatillas.
Para neutralizar el olor puedes preparar una solución de vinagre de limpieza diluído en agua en una botella con difusor, pulverizar el interior de las zapatillas y dejarlas secar bien antes de lavarlas, así el vinagre tendrá tiempo de actuar sobre las bacterias del olor.
¿Puedo lavarlas en la lavadora?
Puedes, pero,aunque te parezca un método rápido y cómodo,no es buena idea.
Los ciclos de lavado son demasiado agresivos para tus zapatillas; lo más probable es que terminen estropeándose tras unos cuantos lavados. El calzado deportivo, por regla general, está compuesto por muchas piezas separadas que se unen mediante pegamentos, el upper suele llevar serigrafías o ahesivos,los materiales de la puntera o la zona del talón suelen estar acolchados.Todo ello hace que su cuidado deba ser especialmente delicado.
Tanto el movimiento del ciclo de lavado como la fricción entre materiales van a provocar el deterioro no solo de las zapatillas, sino también de la lavadora.
Sin embargo, si a pesar de todas las recomendaciones en contra, decides meterlas en la lavadora porque están "demasiado guarras" y crees que van a quedar mejor, mételas en una funda de almohada o una bolsa específica para prendas delicadas, con las plantilas y los cordones quitados, usa un lavado corto y suave con jabón neutro y, tan pronto como las saques de la lavadora, ponlas a secar. ¡Nunca las metas en la secadora!; podrías encontrarte con unas zapatillas desmontadas en piezas.
La forma más segura de cuidar tus "zapas" es mimándolas, si sigues estos pasos, prolongarás su vida útil:
- Límpialas cada vez que lo necesiten; a veces es suficiente con sacudirles el polvo y dejarlas airear sacando las plantillas y poniéndolas en un lugar donde corra el aire.
- Para eliminar una pequeña mancha de tierra/barro, puede ser suficiente con pasar una toallita húmeda o un trapo, sin necesidad de usar jabón; todo va a depender del tipo de "paliza" que les hayamos dado ese día.
- Nunca uses productos muy agresivos,como desengrasantes o lejía, y, si lo haces para eliminar una mancha, aclara muy bien después.
- Nunca las metas en una bolsa, o intenta que permanezcan en un lugar cerrado el mínimo tiempo posible o se convertirán en un caldo de cultivo ideal para las bacterias y hongos. En cuanto llegues a casa, límpialas o airéalas para eliminar la humedad y los olores, muy difíciles de eliminar si dejas pasar muchas horas.
Cuando compito, al cambiarme de ropa y calzado, lo guardo todo en una bolsa de rejilla; al llegar a casa, aunque esté de viaje, esto es lo primero que hago: lavado de ropa en lavadora o a mano- aunque sea un lavado provisional y ya en casa se lavará mejor-, limpio y aireo mis zapatillas; luego vendrán los mimos que cada uno quiera darse.
Para mí, el cuidado del material deportivo es esencial; será porque a uno le duele el dineral que cuesta nuestra equipación.
Tampoco hace falta que las lavemos en cada salida hasta que las zapatillas parezcan recién sacadas de la caja, por una mancha no se va a acabar el mundo; lo importante es que la próxima vez que te las calces estén bien secas y te encuentres cómodo con ellas. Tus pies te lo agradecerán, y tu bolsillo también.
¡Larga vida a mis zapatillas!