EL ENTRENAMIENTO CRUZADO (CROSS-TRAINING).
Cualquier entrenamiento deportivo específico conlleva unas rutinas que deberían complementarse con lo que se denomina entrenamiento cruzado o alternativo. Su finalidad es, básicamente, mejorar el rendimiento del deportista evitando al mismo tiempo la sobrecarga de aquellos grupos musculares habitualmente más entrenados.
El entrenamiento cruzado es, además, uno de los métodos más usados para mantenernos motivados, proporcionando variedad a nuestras rutinas de entrenamiento.
Se trata de combinar las rutinas propias de la modalidad deportiva elegida con otras que sean compatibles con ella. Además, es una práctica altamente recomendable en los procesos de recuperación de lesiones o tras una intervención quirúrgica, ya que nos permite mantenernos activos mientras nuestro cuerpo se recupera, minimizando los efectos psicológicos que estas situaciones conllevan. Las personas que no podemos estar quietos sabemos lo que cuesta no poder realizar la actividad física que nos gusta o participar en una competición que teníamos programada por culpa de una lesión, el deporte es nuestra "válvula de escape".
En las carreras por montaña, concretamente, las disciplinas más aconsejables y más practicadas como parte de este entrenamiento alternativo son: la elíptica, la bicicleta estática o de montaña/asfalto, el rodillo y la natación u otras actividades acuáticas. Algunos deportistas incluyen el trekking o el yoga como disciplinas complementarias.
Sus beneficios más evidentes se basan en la mejora de la resistencia base en aquellos grupos musculares que el corredor no suele entrenar tan a menudo.
En mi experiencia como entrenador de ultras de montaña considero que el "cross training" con bicicleta o rodillo hacen mejorar el rendimiento de manera sustancial al deportista. Los entrenos cruzados se basan en hacer series en la bici o el rodillo cuando el entreno es en casa, con ellas se evita sobrecargar la musculatura del tren inferior por impacto muscular, y se combina con ejercicios de fuerza.
Los que me conocen saben que soy un gran defensor de la recuperación activa; el entrenamiento cruzado puede formar parte de tu descanso activo coordinado y programado según tu forma y tu momento de la temporada.
La natación y otras actividades acuáticas, como el aquagym o aquaerobic también son aconsejables; todas ellas están indicadas como actividades relajantes de la musculatura, especialmente de la espalda; también se recomienda como entrenamiento de nuestros ritmos de respiración y para el fortalecimiento de brazos/ hombros.
No debemos menospreciar el aquarunning o aquajogging, donde ejercitamos los mismos grupos musculares que se entrenan en la montaña o el asfalto, pero con un impacto articular casi nulo, debido al medio en el que se practica. Correr en el agua es divertidísimo, además de ser mucho más difícil de lo que parece; tiene su técnica, es cierto, pero sus beneficios son enormes: Se produce un incremento de la resistencia, tonificación de piernas, brazos y abdominales, mejora tu flexibilidad, tiene efectos cardiovasculares muy beneficiosos, ayuda a prevenir lesiones o a recuperar zonas dañadas (rodilla, tobillo, talones, gemelos, etc), te ayuda a aumentar la capacidad pulmonar, entre otros beneficios. Tenlo en cuenta como una posibilidad para ejercitarte en momentos de descanso o recuperación.
El trabajo de fuerza con o sin aparatos en el gimnasio también ayuda a fortalecer grupos musculares específicos (abdominales, lumbares, tríceps, etc) que habitualmente el corredor de montaña no entrena lo suficiente.
Lo ideal sería que se trabajasen de forma equilibrada todos los grupos musculares, dependiendo de las zonas que cada uno necesite en cada momento y circunstancia. No es lo mismo atravesar un momento de recuperación por lesión que encontrarse en un descanso inter-temporadas; de la misma manera no podemos comparar la dedicación al deporte de competición que practicarlo para estar en forma o como complemento de una dieta de adelgazamiento.
Toda planificación programada para una disciplina deportiva debe perseguir como objetivo la mejora del rendimiento del deportista; por lo tanto, cuanto más completa sea su preparación física, mayor será su porcentaje de éxito y menores las posibilidades de sufrir lesiones.
"La fuerza no proviene de la capacidad física, viene de una voluntad indomable."
(Mahatma Gandhi)