EL TERRENO EN LAS CARRERAS DE MONTAÑA.

11.12.2024

El perfil del sendero constituye un elemento crucial en Trail; y no solo debemos determinar el tipo de terreno, sino también los efectos de las condiciones meteorológicas sobre él, así como el efecto de la actividad humana sobre el paisaje.

Cada tipo de terreno conlleva unos retos específicos, requiere unas habilidades técnicas determinadas y, por supuesto, ajustes en el entrenamiento y el equipamiento.

No debemos olvidar que adoptar medidas preventivas para evitar accidentes y lesiones es fundamental.

Cuando nos enfrentemos a un reto deportivo en montaña, siempre debemos comenzar por el estudio previo del terreno por el que va a discurrir el entrenamiento o la prueba; diría que este aspecto es tan importante como los aspectos fisiológicos y técnicos de la planificación. 

Imagina que sigues una planificación preparada para un amigo que te ha "pasado" su planificación. Ese amigo entrena solo 2 días a la semana y vive en el norte de España, donde nieva y se enfrenta a unas montañas importantes; sus cualidades físicas y habilidades técnicas son muy diferentes a las tuyas; pero aún así, usas su entreno para probar. Tú vives en Lanzarote, donde el terreno es árido, casi sin desnivel, con mucha tierra y estás acostumbrado a entrenar 5 veces por semana como medida de mantenimiento físico. ¿Qué puede pasar? Cualquier cosa; desde no servirte de nada el entreno a sufrir una lesión, pasando por decenas de circunstancias que podrían suceder por no contar con una planificación específica para ti. 

¿QUÉ TIPOS DE TERRENOS ME PUEDO ENCONTRAR EN LAS CARRERAS DE MONTAÑA?

La variabilidad del terreno es una de las características que definen el Trail running; los senderos vendrán determinados por la geología del terreno y la climatología de la zona. A continuación expondré algunos ejemplos.

Senderos escarpados y rocosos: Una zancada corta y una postura correcta harán que te salves de lesiones, pero tus piernas deben estar bien entrenadas. Evita las rocas sueltas eligiendo la mejor trayectoria en cada momento; aunque para poder lograr esto debes haber entrenado previamente en este tipo de terreno; lo que no se entrena, no se sabe.

Terrenos muy accidentados; con raíces, agujeros, rocas de tamaño considerable, etc. Cualquiera de estos obstáculos requiere concentración máxima. Si se trata de un descenso, a la ecuación se suma el componente del equilibrio y el control del propio cuerpo.

Mantener el centro de gravedad bajo es básico en este tipo de terreno, así como una zancada amplia que nos garantice el control del sendero.

Barro y humedad: Este tipo de superficie exige que adaptemos nuestra técnica de carrera: zancadas ligeras, rápidas y firmes. No será fácil, pero cuanto más dudes al pisar, más papeletas tendrás de llevarte un buen resbalón. Si la tierra o las rocas están mojadas, has comprado muchas.

Terreno frondoso: Si corres por senderos forestales debes prestar especial atención a la vegetación y los obstáculos del terreno. Esto no es fácil, los riesgos pueden estar en el suelo o a la altura de la cabeza.

Es recomendable tener una visión amplia de lo que te vas a encontrar a continuación; a veces se hace necesario parar, observar, tomar decisiones y luego continuar; esos segundos de estudio del terreno pueden evitarte sustos.

Respetemos siempre el entorno y cuidémonos tomando las precauciones necesarias.

Terrenos a gran altitud: Los retos fisiológicos asociados a la altitud son únicos; resulta imprescindible la aclimatación gradual a la disminución de oxígeno en el aire, la hidratación es extremadamente importante en estos terrenos.

Debemos estar atentos, además, a cualquier síntoma asociado a la altura: mareos, dolor de cabeza, etc. Respeta tus límites y escucha a tu cuerpo. Elige carreras apropiadas a tu nivel físico y experiencia; tu salud es lo primero.

Alta montaña: Rocas y más rocas; algunas grandes, otras más pequeñas y fragmentadas, gravilla suelta o incluso desprendimientos. Es por esto que debemos ser extremadamente precavidos al transitar por la alta montaña, especialmente durante una competición, donde tantos corredores han pisado antes el terreno, con el consiguiente riesgo de accidentes.

Terrenos urbanos: También en este tipo de terreno debemos ser conscientes de los riesgos: tráfico, circulación de peatones o dureza del suelo, con el consiguiente impacto en nuestras articulaciones.

Terrenos técnicos: Cualquier terreno puede convertirse en técnico si requiere habilidades especiales para sortear obstáculos o para adaptarse a cualquier cambio producido por las condiciones meteorológicas.

Un terreno puede considerarse técnico cuando no puedes pisar de forma natural o cuando tu pie no cabe en la superficie de contacto, por lo que debes decidir sobre la marcha cómo pisar; por ejemplo, una cuesta descendente con gravilla o barro.

Pero como dije antes, cualquier terreno se puede considerar técnico dependiendo de las circunstancias. No hay una línea que separe lo técnico de lo que no lo es; la diferencia está en dónde te dejas los dientes o si te desollas las rodillas. Como ejemplo, un sendero forestal no debería considerarse técnico a priori; en cambio, si ha estado toda la noche lloviendo y hay charcos, piedras puntiagudas que sobresalen y ramas caídas sobre el camino, puede convertirse en técnico de manera ocasional.

Y no debemos menospreciar las condiciones especiales de la carrera nocturna o con poca visibilidad, que requiere precaución y una equipación específica, como una buena linterna frontal para iluminar el sendero y evitar zonas potencialmente peligrosas, como barrancos o posibles obstáculos.

Llevar ropa reflectante o luces en tu mochila pueden ayudarnos más de lo que pensamos.

Entrenar sobre diferentes terrenos proporciona al corredor las habilidades adaptativas necesarias para afrontar los desafíos del Trail running. Si nos construimos una base sólida de resistencia, garantizaremos la mejora de nuestro rendimiento.

Una carrera de montaña nunca puede compararse a otra; las peculiaridades, tanto del terreno como de las condiciones meteorológicas y técnicas son tan variadas como carreras hay. Un mismo recorrido puede resultarte el doble de exigente en el aspecto técnico si transcurre sobre barro- chocolate que sobre terreno seco.

Como siempre digo, unas buenas zapatillas pueden salvarte de abrazar la tierra y dejarte la dentadura en el camino; bastante dinero gastamos ya en equipación como para tener que dejarnos el sueldo en el dentista.

Aquí debo citar a mi señora diciendo: "El único que debe besar el suelo es el Papa, amigo; usted ponga las manos por delante".

El Trail es impredecible, y diría que esto es lo que lo hace tan emocionante y divertido.

"Si en la lucha el destino te derriba, si todo en tu camino es cuesta arriba; si tu sonrisa es ansia insatisfecha, si hay faena excesiva y mala cosecha; si a tu caudal se contraponen diques; date una tregua, pero no claudiques."
Rudyard Kipling.