¿POR QUÉ ES DISTINTO EL ENTRENAMIENTO PARA HOMBRES Y MUJERES?

01.08.2023

Debe serlo, pero no por una cuestión de capacidades, sino por las diferencias anatómicas entre nosotros en cuanto a volumen muscular, densidad ósea, niveles hormonales, capacidad de recuperación, etc.

No hay "entrenamientos para hombres" o "ejercicios para mujeres", hay entrenamientos y ejercicios que deben ajustarse a la motivación, las peculiaridades y los objetivos de cada persona. Tus metas personales serán las que determinen tu programa de entrenamiento.

Existe la idea preconcebida, y errónea en mi opinión, de que los chicos se ejercitan para "ponerse cachas" y las chicas lo hacen para "mantener la figura". No es verdad, y si lo fuera, sería legítimo; como he dicho antes, tus objetivos son tuyos; y hay tantos como personas entrenando.

Algunos entrenamos para estar en buena forma física y sanos, otros para alcanzar metas, como participar en una carrera, algunos para evadirse del estrés de la vida diaria, otros ¿quién sabe cuál es su meta?

En general, y sin hacer distinciones de sexo, todo entrenamiento debe incluir unos principios básicos de regularidad, descanso y dieta. Lo que siempre debería observar un entrenador son los objetivos de cada persona, sus características personales y su estilo de vida.

"La clave de un buen programa de entrenamiento está en observar, revisar y adaptar."

Lo que no podemos negar es que entre hombres y mujeres existe una serie de diferencias fisiológicas que nos definen.

Anatómicamente, la pelvis femenina es más flexible y alcanza una mayor inclinación que la masculina; por ello, la técnica de las sentadillas, por ejemplo, será diferente para varones y mujeres,ya que hay que proteger las lumbares al practicarlas.

Existen otras muchas diferencias fisiológicas condicionadas por nuestra masa muscular; sistema endocrino o la forma de absorber los nutrientes. A continuación detallaré algunas de ellas:

Según nuestro sistema endocrino, las glándulas que producen las hormonas difieren entre hombres y mujeres.

En el hombre, una de las hormonas que libera la hipófisis es la testosterona, que es la encargada del desarrollo muscular, además del sexual.

En las mujeres, las glándulas reproductoras -los ovarios- segregan el estrógeno, responsable del ciclo menstrual y de la reproducción.

Estas hormonas determinan ciertas características fisiológicas que condicionan la forma física.

El resto de glándulas endocrinas funcionan, de manera general, de forma muy parecida en hombres y mujeres.

En cuanto a la resistencia cardiovascular, la capacidad de hombres y mujeres es muy similar; teniendo en cuenta que la masa muscular y ósea de la mujer son menores y el tamaño del corazón también-estadísticamente hablando-; tanto hombres como mujeres son capaces de enfrentarse a largas distancias. Con el acondicionamiento aeróbico adecuado, la mujer y el hombre estarían en igualdad de condiciones; las diferencias tan solo estribarían en la musculatura

Hablando de musculatura, las mujeres poseen músculos más largos y elásticos, por eso decimos que la mujer es más flexible que el hombre. En cambio, las fibras musculares de los varones son más grandes y rígidas, por norma general.

*Es importante, en cualquier caso, recordar los estiramientos dinámicos previos al entrenamiento y los estiramientos estáticos posteriores a éste."

Otra diferencia es la capacidad para cambiar la composición corporal. Las mujeres tienen el cuádriceps más poderoso que el hombre, por lo que tienden a desarrollarlo muy rápidamente al ejercitarlo. Se recomienda que se fortalezcan los abductores, glúteos e isquiotibiales para equilibrar la fuerza de los cuádriceps.

Las chicas suelen desarrollar menos masa muscular en el tren superior, por lo que se deberían dedicar tiempo extra a ejercicios que fortalezcan esa parte del cuerpo.

Los ejercicios con pesas para aumentar la densidad ósea son muy recomendables; levantar pesas es la mejor forma de obtener mayor masa muscular y aumentar la tasa metabólica, reduciendo la grasa corporal y quemando así más calorías.

Además, hay que tener en cuenta el efecto anabolizante de la testosterona en los hombres, siendo la fuerza proporcional al músculo, que en mujeres puede llegar a alcanzar los 2/3 que en los hombres.

En cuanto a la capacidad de recuperación, las mujeres suelen necesitar menos descanso que los hombres para recuperarse entre series, esto sucede por su capacidad de resistencia en las fibras musculares de contracción lenta. Estas fibras tienen un menor desgaste que las de contracción rápida, más desarrolladas en los hombres.

Además, la mujer presenta un nivel de agotamiento de las reservas de glucógeno durante los entrenamientos inferior al hombre .

Todo esto quiere decir que las diferencias en cuanto a fibra muscular o laxitud de articulaciones entre hombres y mujeres contribuyen a determinar el tipo de entrenamiento según el género, especialmente para evitar lesiones.

Si has llegado hasta aquí leyendo mi artículo, puede que tu idea inicial de fortaleza haya sufrido algún cambio. No he conocido fortaleza mayor que la de una mujer cuando se propone algo, y no hablo sólo de fuerza física.

En lo que se refiere a nutrición, la mujer tiende a "tirar" de grasa como fuente de energía, mientras que el hombre se "alimenta" de una combinación de carbohidratos, grasas y proteínas.

El porcentaje de grasa en mujeres puede superar al de los hombres hasta en un 10% -por razones de fertilidad-; al mismo tiempo, la mujer quema más glucosa en reposo, mientras que el hombre quema más grasa.

Al metabolizar mejor las grasas que los hidratos de carbono, las mujeres pueden obtener un mayor rendimiento aumentando su ingesta de grasas saludables y proteína magra, y disminuyendo los carbohidratos.

Además, al tener una densidad ósea más baja, especialmente después de la menopausia-al disminuir los estrógenos-, es importantísimo para las mujeres garantizar la absorción de calcio y vitaminas K y D.

Por lo tanto, tener en cuenta una serie de consideraciones nutricionales según nuestro género es esencial. El control de peso y la ganancia muscular deben ser los parámetros que configuren nuestra dieta como deportistas, así como nuestro programa de entrenamiento individualizado.

La Historia, desgraciadamente, no ha sido justa con las mujeres en el deporte. No fue hasta el siglo pasado que se permitió su participación en la práctica deportiva de competición por factores sociales, principalmente.

Afortunadamente ya hemos superado esto; en la actualidad se reconoce el derecho pleno de las mujeres a practicar todas las disciplinas deportivas.

Ya es hora de romper estereotipos. Si hay respeto a las diferencias entre las personas, ya no tiene sentido el discurso.

No voy a discutir sobre las diferencias, prefiero hablar de lo que nos une.